Dependiendo del país en donde nos encontremos el término microempresa puede variar. Por ejemplo en todos los países que integran la Unión Europea las microempresas son aquellas empresas que entre otros requisitos cuentan con 10 empleados o menos, facturan al año 2 millones de euros o menos y su volumen anual de activos es igual o inferior a su cantidad de facturación. En el caso de nuestro país la definición es menos restrictiva pues se considera como microempresa aquella que cuenta con entre 0 y 10 trabajadores independientemente de que dicho negocio se dedique a la industria, al comercio o a los servicios. De acuerdo con los datos obtenidos por el INEGI durante el último censo, 96 de cada 100 empresas mexicanas podrían definirse como microempresas, éstas contribuyen con el 40.6% del empleo total del país y aportan el 15% del PIB de México.
Dicho lo anterior no cabe duda que las microempresas son un potente motor para el crecimiento de la economía y del empleo en nuestro país. Es por esto que resulta importante enfocar esfuerzos en México para que la competitividad y productividad de estas empresas se pueda llevar a los máximos niveles. Entre las situaciones que se encuentran en una microempresa y que podría presentar dificultades para esta y como consecuencia para el desarrollo en nuestro país podríamos mencionar:
* Profesionalización Limitada: al ser empresas muy pequeñas pocas veces las personas que laboran en ellas cuentan con las herramientas necesarias para profesionalizar las labores que realizan y esto impide que la microempresa crezca en el mediano y largo plazo.
*Crecimiento desordenado: En la mayoría de los casos estas microempresas no cuentan con un plan de crecimiento que les vaya indicando cuales son las metas que deben de conseguir y por lo tanto carecen de una brújula para ir determinando que pasos van a seguir con el propósito de alcanzar sus metas.
*Acceso limitado al financiamiento: Al tener poco acceso al financiamiento dado su tamaño es posible que si los que dirigen a esta microempresa tienen proyectos productivos a desarrollar se encuentren con un obstáculo para llevarlos a cabo.
*Rezago tecnológico: Esta desventaja que se presenta en las microempresas es en gran medida resultado de las mencionadas anteriormente. La profesionalización limitada, la poca planeación para el crecimiento de la microempresa y el acceso limitado al financiamiento hacen que este tipo de empresa se vaya quedando rezagada en cuanto a tecnología y como consecuencia en comparación con respecto a otras empresas.
Si logramos identificar estas dificultades dentro de nuestra microempresa y elaboramos un plan de acción a seguir para superarlas podremos poner a nuestra empresa en la senda de crecimiento. Para esto es fundamental tener en cuenta que hoy en día existen diferentes opciones que nos brindan crédito y préstamos en diferentes modalidades. Dependiendo de cómo queramos enfocar nuestro crecimiento tal vez nos convenga pedir un crédito para hacer frente a gastos necesarios para sacar adelante nuestra microempresa o tal vez la manera óptima de hacer frente a esta situación sea mediante arrendamiento financiero.
Antes de buscar el crédito debemos tener muy claro cuál es la estrategia a seguir para hacer que nuestra empresa crezca. Una vez definida esta debemos valorar cada una de las opciones que tenemos para llevar a cabo la estrategia. Ya definida la opción que tomaremos tenemos que encontrar una empresa confiable que nos pueda hacer el préstamo o que nos pueda otorgar el arrendamiento. En un mercado financiero cada vez más complejo encontrar una empresa confiable que nos pueda ayudar con el financiamiento no resulta siempre fácil sin embargo la misma complejidad del mercado financiero hace que las opciones se multipliquen exponencialmente y por lo tanto las hay.
