El propósito de toda empresa es crear valor económico. El valor económico de una empresa es la diferencia del precio en el que ofrecen su producto al consumidor y el costo de la elaboración de dicho producto. Esto es lo mismo para toda empresa sin importar el tamaño de la misma. Al momento de crear valor económico las empresas se enfrentan a diferentes dificultades dependiendo de las dimensiones de las mismas. En el caso de las empresas pequeñas, que son aquellas que tienen menos de 10 empleados entre otras características, una de las principales dificultades a las que se enfrentan para crear valor económico es el limitado acceso al financiamiento.
El acceso al financiamiento resulta fundamental para toda empresa y en especial para las pequeñas empresas ya que a través de él es que pueden generar valor económico. Los recursos que se obtienen a través del financiamiento le ayudan a las pequeñas empresas a desarrollar planes estratégicos de crecimiento y a invertir en planta y equipo que les ayuden a llevar a cabo un plan de expansión. A diferencia de las empresas grandes y consolidadas las empresas pequeñas batallan mas al momento de acceder a los recursos necesarios para su crecimiento y operación a través del financiamiento debido a que para las entidades financieras resulta más riesgoso prestarle a empresas pequeñas, que generalmente son de reciente creación, que a las grandes empresas que ya llevan un tiempo operando y que en la mayoría de las ocasiones resultan ser apuestas seguras para otorgarles financiamiento.
A pesar de lo anterior hoy en día se han venido desarrollando alternativas a las fuentes de financiamiento tradicional que se enfocan en prestarle recursos a empresas de menor escala con atractivas tasas de interés y con términos y condiciones flexibles que les permiten sacar adelante proyectos productivos. En este contexto resulta una prioridad que las personas que se encuentran al frente de estas empresas pequeñas se informen acerca de la existencia de estas entidades financieras serias y confiables para que de esta manera obtengan los recursos necesarios para llevar a cabo sus proyectos de expansión y crecimiento. Una vez que hemos identificado estas entidades financieras el siguiente paso es el de analizar las distintas opciones de financiamiento que otorgan dichas entidades. Enfocándonos en el caso en el que nuestra pequeña empresa requiera obtener capital físico necesario para su operación el arrendamiento resulta ser una atractiva opción.
Existen dos tipos de arrendamiento que son el arrendamiento puro y el arrendamiento financiero. El arrendamiento puro consiste en ir “pagando” renta por la utilización de un activo durante el tiempo que utilicemos el mismo. El arrendamiento financiero funciona de manera similar que el arrendamiento puro con la diferencia de que contiene una opción de compra al finalizar el periodo determinado para el contrato de arrendamiento financiero. La opción de compra consiste en adquirir el bien en cuestión pagando únicamente el valor residual del mismo. Dependiendo de la planeación fiscal que llevemos a cabo en nuestra pequeña empresa obtendremos beneficios fiscales por la implementación de uno u otro tipo de arrendamiento. Además la ventaja que nos presenta el arrendamiento con respecto a otras opciones de financiamiento es la posibilidad de mantener nuestro equipo permanentemente actualizado puesto que al finalizar el tiempo estipulado en el contrato de arrendamiento para utilizar el activo tenemos la posibilidad de renovar el contrato de arrendamiento con un activo nuevo. Elegir arrendamiento puro o arrendamiento financiero dependerá de la estrategia específica de nuestra empresa lo importante a tomar en cuenta al considerar estas opciones de financiamiento es obtenerlo a través de aquellas empresas que nos ayuden a maximizar nuestros beneficios.
