Al momento de buscar el crecimiento de nuestro país es necesario centrarnos en los diferentes motores que hacen que la economía nacional crezca. El principal motor de crecimiento es sin duda alguna la inversión en las distintas empresas que operan en la economía nacional. Dentro de estas empresas las pequeñas y medianas empresas contribuyen con una parte importante del empleo para la población económicamente activa además de aportar con una parte considerable del Producto Interno Bruto Nacional. El papel de las empresas independientemente de su tamaño es aportar valor económico a la sociedad. Para esto es necesario que cuenten con una ventaja competitiva que les permita crearlo. Las ventajas competitivas no siempre son fáciles de tener puesto que se requiere contar con algunos elementos que detonen éstas y además para poder estar creando valor económico a lo largo de mucho tiempo se necesita que esta ventaja competitiva sea sostenible por un largo periodo, es decir que no sea fácil que las demás empresas logren copiar aquello que le está dando ventaja a una determinada empresa.
Entre los elementos que se necesitan para tener una ventaja competitiva sin duda alguna el capital humano es el más importante. Contar con el capital humano que desarrolle la estrategia de la empresa es un factor clave si queremos que nuestra pequeña y mediana empresa logre llevar a cabo un proyecto de expansión y de crecimiento en el mediano y en el largo plazo. El capital humano que se encuentre al frente de nuestra empresa nos ayudará a identificar tanto las fortalezas y oportunidades así como las debilidades y amenazas a las cuales se enfrenta nuestra unidad económica en el día a día. Para poder hacernos de un equipo talentoso es necesario contar con los recursos necesarios para realizar esa fuerte inversión dentro de nuestras pequeñas y medianas empresas. Si bien lo más fácil sería financiarse con recursos propios o de nuestros accionistas la realidad es que cuando las empresas se encuentran en etapas tempranas de gestación es muy difícil que esos recursos provengan de nuestro propio núcleo. Para poder hacer frente a la necesidad de recursos es importante tener en cuenta que el financiamiento podría resultar ser una excelente opción para obtenerlos.
Al hablar de financiamiento en este caso nos referimos a utilizar recursos ajenos para necesidades propias. Dentro de los tipos de préstamos a los cuales podríamos acceder por medio del mercado de financiamiento se encuentran el crédito y el arrendamiento. El crédito nos sería de gran utilidad para contratar personal talentoso y además para brindarles todas las herramientas tanto físicas como intelectuales para que logren un crecimiento profesional y desarrollen al máximo sus capacidades dentro de nuestra pequeña o mediana empresa. Además de utilizar los recursos obtenidos por medio del crédito para éstos fines este tipo de préstamo también podría ayudarnos para adquirir la maquinaria y el equipo necesario para llevar a cabo mejoras en el proceso productivo de nuestra empresa. Al momento de solicitar un crédito es necesario tener muy claro para qué lo usaremos y calcular si los retornos que obtendremos por los recursos obtenidos a partir del mismo compensarán el costo de dicho crédito. Por otro lado el arrendamiento también podría ayudarnos a hacernos del capital físico necesario para nuestras empresas. Hay que tener en cuenta que existen tipos de arrendamiento que nos dan una opción de compra al finalizar el mismo. La ventaja que podría presentarnos el arrendamiento sobre el crédito al momento de comprar activos fijos es la posibilidad de renovarlos una vez llegado al término del contrato. Elegir entre uno u otro tipo de préstamo dependerá de las necesidades particulares de nuestra empresa sin embargo debemos obtenerlo a través de una sociedad financiera confiable que nos brinde los mejores términos y condiciones.