Las pequeñas y medianas empresas resultan ser de suma importancia dentro del desarrollo económico de un país. En el caso específico de nuestro país, 9 de cada 10 empresas podrían catalogarse dentro de esta clasificación. El número de pymes que se encuentran operando en nuestro país hace que estas otorguen gran parte del empleo dentro del mismo y además que contribuyan con una parte importante del producto interno bruto nacional. Debería ser prioridad tanto del gobierno como de distintos actores interesados en lograr un aumento en el nivel de vida de todos los ciudadanos el tomar en cuenta empresas que se desarrollen a esta escala para poder lograr que las mismas crezcan y que como consecuencia crezca la economía nacional. Debido al tamaño de las mismas, las pequeñas y medianas empresas muchas veces se enfrentan a distintos obstáculos al momento de desarrollar la operación de su negocio.
Dentro de los distintos obstáculos que podríamos mencionar se encuentran la limitada profesionalización, la falta de estandarización de sus procesos y el limitado acceso al financiamiento. La limitada profesionalización se debe a que no cuentan con los recursos necesarios para poder atraer trabajadores talentosos a sus negocios y a que tampoco cuentan con los recursos necesarios para poder brindar a sus trabajadores las herramientas de capacitación necesarias para que puedan desarrollar sus labores dentro de la empresa de la manera más profesional posible. Por otro lado la falta de recursos también afecta de manera importante a la estandarización de los procesos productivos dentro de las pequeñas y medianas empresas. Lo anterior debido a que no se pueden realizar las inversiones necesarias en el equipo físico que ayudaría a poder elaborar el bien que desarrolla nuestro negocio puesto que en la mayoría de las ocasiones éstas resultan ser bastante costosas y debido al tamaño de las pequeñas y medianas empresas pocas veces las podrían costear.
Uno de los obstáculos previamente mencionados y que se encuentra relacionado con los dos obstáculos previamente descritos es el limitado acceso al financiamiento. Las pequeñas y medianas empresas son percibidas por las diferentes entidades que brindan financiamiento como poco estables debido a sus dimensiones y al poco tiempo que llevan operando en el mercado. Lo anterior hace que el riesgo percibido al momento de prestarle recursos a estos tipos de empresas aumente y por lo tanto el acceso al financiamiento por parte de las mismas se vea limitado. Hoy en día y gracias al avance que ha existido en los mercados financieros es posible encontrar sociedades financieras confiables que pongan a disposición de las pequeñas y medianas empresas los recursos necesarios para poder llevar a cabo estrategias de expansión y de crecimiento.
Dentro de los distintos tipos de financiamiento que estas instituciones ponen a disposición de las pequeñas y medianas empresas se encuentran el crédito y el arrendamiento. El crédito consiste en pedir prestada la cantidad de dinero necesario para realizar una inversión tanto en capital humano como capital físico. Este préstamo se paga en mensualidades que consisten en una parte proporcional de los recursos recibidos acompañada de una tasa de interés que representa el costo de oportunidad del dinero en el tiempo. Por otro lado el arrendamiento consiste en pagar “renta” por utilizar determinado activo durante el tiempo que utilice el mismo. Existe un tipo de arrendamiento que nos da una opción de compra al finalizar el periodo estipulado. Esta opción de comprar consiste en pagar el valor residual del activo una vez finalizado el contrato de arrendamiento. Lo importante al elegir uno u otro tipo de financiamiento es tener en cuenta nuestros flujos para determinar cuáles son las obligaciones a las cuales nos podremos comprometer.
