Independientemente de su tamaño, el fin de toda empresa es maximizar utilidades. Para poder lograr lo anterior es necesario por un lado fijarnos en los ingresos y, por otro, fijarnos en los costos. Cuando enfocamos nuestra atención en los ingresos lo que resulta útil enfocar es el precio en el cual se intercambian nuestros productos y la cantidad de productos que intercambiamos en el mercado. Por otro lado, cuando nuestra estrategia de maximización de utilidades se centra en los costos lo que debemos tener en cuenta son los costos en los cuales incurrimos al momento de llevar a cabo la elaboración de nuestros productos. Dependiendo de qué estrategia elijamos nuestros enfoque será distinto sin embargo debemos tener presente que requerimos contar con los recursos que nos permitan explotar determinada ventaja competitiva. Contar con estos recursos no siempre resulta ser una tarea fácil, pues dependiendo del giro de nuestro negocio, estos serán más o menos costosos. En el caso de las empresas pequeñas, estas se enfrentan al limitado acceso al financiamiento pues el mercado confía poco en ellas.