Dentro de las diferentes decisiones de inversión que debemos tomar a lo largo de nuestra vida una que resulta bastante compleja es la decisión de invertir en un automóvil. Elegir un automóvil no siempre es una tarea fácil pues nos en el mercado encontramos un sinnúmero de marcas y modelos que hacen que nuestras opciones se vean multiplicadas y por lo tanto la complejidad de tomar dicha decisión aumente. Para poder llevar a cabo el proceso de inversión en un automóvil de manera óptima es necesario seguir un proceso ordenado de pensamiento. Lo primero que debemos definir al momento de querer adquirir un coche es el uso para el cuál destinaremos al mismo. No es lo mismo requerir el automóvil para nuestro uso personal que para integrarlo al proceso productivo de nuestro negocio. En el primer caso es necesario tomar en cuenta distintos factores como el número de integrantes de nuestra familia, el tamaño y las características urbanas de la ciudad en la que habitamos y las distintas necesidades de transporte que requerimos tanto dentro como fuera de nuestra ciudad. Si por el contrario el automóvil lo requerimos para el proceso productivo de nuestro negocio es necesario tener muy claro en que parte del mismo lo requerimos. El automóvil que necesitaremos para nuestro negocio dependerá de si lo requerimos para transportar insumos, para transportar personal o para distribuir productos finales.